SITAGMA NOMINAL Y VERBAL :DEFINICION Y TIPOS

martes, 24 de junio de 2008

DEFINICIÓN DE SINTAGMA. TIPOS DE SINTAGMA

Sintagma es una unidad de función; es decir, una o varias palabras que desempeñan una función unitaria dentro de la oración. Existen tantos tipos de sintagmas como clases de palabras autónomas; según sea el núcleo distinguimos entre sintagmas nominales (SN); sintagmas adjetivos (SAdj), sintagmas adverbiales (SAdv) y sintagmas verbales (SV), constituidos por sustantivos, adjetivos, adverbios y verbos respectivamente funcionando como núcleos (N) del sintagma.

Estructura del SN

Ver gráficos proyectados en clase: El SN

Como todo sintagma, el SN forma parte de una unidad mayor; pero él mismo está constituido por unidades menores. Hay sintagmas que constan de un solo elemento, aunque frecuentemente poseen varios. Además del núcleo, que aparece siempre, en el sintagma nominal puede haber determinantes (Det) y adyacentes (Ady); en la siguiente ilustración se muestra su estructura:

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El núcleo es imprescindible, pero el resto de los componentes puede faltar. La posición de los elementos dentro del sintagma nominal no es fija: los determinantes suelen ir delante del núcleo, pero también pueden aparecer pospuestos; los adyacentes siguen normalmente al núcleo, aunque también pueden anteponerse: los coches grandes (Det + N + Ady), querido amigo mío (Ady + N + Det).

La estructura del sintagma nominal puede ser muy simple, y estar compuesto sólo de un núcleo (Ana paseaba con su novio por el Carrefour), o muy compleja y constar de varios determinantes y adyacentes además del núcleo (Todas las otras amigas tuyas francesas que estaban contigo eran horribles).

La función de determinante puede ser realizada por el artículo, los indefinidos, los demostrativos, los posesivos, los numerales, los interrogativos y exclamativos, y el relativo cuyo. Cuatro es el número máximo de determinantes que pueden acompañar al núcleo, aunque lo más frecuente es que no aparezca ninguno o que lo preceda uno solo.

La función de núcleo de un sintagma nominal tiene necesariamente que ser desempeñada por un sustantivo o pronombre sustantivo. No obstante, hay muchas clases de palabras que, sin ser sustantivos de lengua (de los que aparecen en el diccionario como sustantivos), pueden actuar como sustantivos de discurso y, por tanto, desempeñar la función de núcleo del sintagma nominal: son las palabras sustantivadas. En realidad, cualquier palabra (adjetivo, verbo, conjunción, etc.) puede sustantivarse: ¿Te gustan más las rubias o las morenas?, Me firmaron un pagaré de mil euros, En el Consejo Escolar le pusieron muchos peros, El equivocarse es de humanos. Como se verá más adelante, también las proposiciones subordinadas sustantivas funcionan como si fueran sustantivos de lengua y, por tanto, pueden desempeñar las funciones propias de esta categoría: Es improbable que Ángela se case este año.

La función de adyacente es la propia del adjetivo y, por tanto, del sintagma adjetival. No obstante, otras formas pueden desempeñar esa misma función: SN en aposición, SN con preposición (tradicionalmente conocido como complemento del nombre), sintagma adverbial con preposición, proposición de participio y proposición de relativo. Algunos gramáticos piensan incluso que, por el hecho de complementar al núcleo de un sintagma nominal, cualquier forma se convierte en adjetivo, es decir, se adjetiva. Veamos ejemplos de las siete estructuras que funcionan como Ady:

Inmaculada se ha comprado un vestido verde oliva.

Juan Carlos es un magnífico Jefe de Estudios, aunque me haya puesto una guardia a primera hora.

El reloj que te compraste en el mercadillo es horroroso.

Los hombres de entonces eran muy machistas.

La información facilitada a nuestro periódico resultó ser falsa.

Tiene más frío que una vieja cogiendo rábanos.

Funciones del SN

Ver gráficos proyectados en clase: Funciones del SN

Aunque su función primordial sea la de representar al sujeto explícito de la oración (SN S), el sintagma nominal puede desarrollar otras muchas, sea precedido de preposición (con función de enlace) o sin ella. En la siguiente ilustración se muestran todas las funciones posibles del SN.

http://personal.telefonica.terra.es/web/apuntesasr/Sintax2.gif

Ejemplos de sintagmas nominales sin enlace en sus diversas funciones son los seis siguientes.

El bar del Instituto se llena en los recreos (S).

Martín tiene un golondrino molestísimo (CD).

Carmen es una profesora extraordinaria (Atr).

Felipe de Borbón, Príncipe de Asturias, se casará cuando le dé la “real” gana (Ady-aposición).

Compañeros del metal, si permanecemos unidos, no podrán con nosotros (Voc).

Esta mañana me he levantado a las once y media (CC).

Con enlace, como puede verse en la ilustración anterior, el SN puede desempeñar ocho funciones más:

El novio de Isabel es feísimo (Ady).

Aquella es rubia de bote (CAdj).

Federico vive cerca del Instituto (CAdv).

Algunos odian a sus profesores (CD).

¿Le diste los euros al Delegado? (CI).

En esta clase pasan cosas raras (CC).

Mari Carmen no cree en las promesas de su padre (Supl).

El pacto de Estella fue firmado sólo por los partidos nacionalistas (CAg).

El SN en función de sujeto

Ver gráficos proyectados en clase: Concordancia sujeto - predicado

Tradicionalmente (Real Academia Española, 1973, § 3.1.3.) se definía el sujeto como la persona, o cosa de la cual se dice algo y el predicado todo lo que decimos del sujeto. Esta definición ni es exacta en todos los casos ni útil para el análisis sintáctico. Basándose en esta antigua definición, muchos profesores han enseñado a localizar el sujeto mediante preguntas al verbo sobre el autor o agente de su acción. Así para analizar la oración: Pepito come manzanas recomendaban preguntar al verbo: ¿quién come? Y el verbo contestaba: Pepito. Pero, lo que servía mal que bien para oraciones muy sencillas cuyo sujeto era además el agente de la oración, se demostró inútil en otros muchos casos. No hay más que probar a analizar con este método oraciones pasivas, medias, o con verbos seudo-impersonales como bastar, caber, convenir, disgustar, divertir, encantar, faltar, gustar, importar, impresionar, interesar, molestar, ocurrir, ofender, parecer, pasar, sobrar..., que se construyen generalmente con sujeto inanimado y complemento indirecto (Héctor Campos en Bosque y Demonte, 1999, 1564)

Aquí definiremos el sujeto, siguiendo una orientación funcionalista, como aquel sintagma cuyo núcleo determina el número y persona del núcleo del predicado, es decir que el núcleo del sujeto y el núcleo del predicado deben coincidir en número y persona. En un análisis sintáctico bastará, por tanto, con cambiar el número del verbo, para comprobar que el elemento que necesariamente hay que alterar es el núcleo del sujeto.

El sintagma sujeto no admite preposición antepuesta. Las formas entre y hasta aparecen en ciertos casos encabezando el sintagma sujeto, porque no funcionan como preposiciones:

Entre Noelia y Marta terminaron el trabajo (refuerzo de la conjunción copulativa).
Hasta el Director oyó los insultos
(unidad adverbial equivalente a incluso).

Son unidades de valor adverbial enfático: obsérvese que pueden sustituirse por cero sin que se altere el significado en lo esencial.

Sujeto y agente no son términos equivalentes: el agente es (concepto semántico) es el elemento que funciona como actor de la acción verbal, el sujeto (concepto morfosintáctico) es aquél cuyo núcleo concuerda con el núcleo del predicado (J. M. González Calvo, 1995, 28). Así en El fuego se extinguió rápidamente, el elemento subrayado desempeña la función de sujeto, pero no es el agente de la oración.

Hemos definido el sujeto como aquel elemento que comporta dos rasgos: impone la concordancia con el verbo en número y persona, y carece de preposición antepuesta, pero circunstancias sintácticas, semánticas o pragmáticas pueden alterar esas dos características.

Problemas en la concordancia de persona

Dejando aparte el voseo, que no se produce en España, las circunstancias semánticas y pragmáticas de la comunicación provocan ciertos problemas de concordancia de persona:

El pronombre de tratamiento de segunda persona usted / ustedes concierta en tercera persona.

Usted es el responsable del accidente.

Cuando la primera o segunda personas quedan implicadas por el sustantivo en función de sujeto (que normalmente concertaría en tercera) el verbo suele ir en la persona más próxima al hablante:

Los ciclistas somos muy disciplinados
Los futbolistas sois muy vagos.

Problemas en la concordancia de número. Concordancia ad sensum

En muchas ocasiones, y no sólo en español coloquial o vulgar, se producen vacilaciones en la concordancia de número debidas a factores morfosintácticos, semánticos o pragmáticos (J. M. González Calvo, 1995, 28).

Un tipo de concordancia ad sensum (por el sentido, por el significado y no por la forma) se da con sujetos colectivos en singular: gente, ejército, claustro, comité, consejo, equipo...

*Mucha gente que van a los conciertos de los triunfitos los admiran hasta límites insospechados.

La concordancia ad sensum es todavía más frecuente cuando el núcleo del sintagma sujeto tiene un adyacente en plural:

*El claustro de profesores decidieron permitir la salida de los alumnos de Bachillerato en los recreos.

Un caso especial se produce cuando se otorga valor de conjunción a ciertas preposiciones:

*El tutor con sus alumnos tendrán que solucionar estos problemas.

Aunque la gramática oficial no lo considera incorrección, otro tipo de disfunción en la concordancia de número se produce cuando dos sintagmas nominales coordinados entre sí desempeñan la función de sujeto y van pospuestos.

Cuando más ruido había apareció el Director y el Jefe de Estudios.
No me gustaba ni su actitud ni su cara.
¿Te tira los tejos Andrés o Paco?

Cuando la función de sujeto es desempeñada por dos infinitivos o dos proposiciones sustantivas coordinadas, el verbo siempre concierta en singular:

El comer y el rascar es hasta empezar.

Que te quedes o que te vayas no tiene importancia realmente.

Ciertas subclases de oraciones atributivas presentan problemas de concordancia especiales:

Lo importante para mí es sus depresiones.

Sangre, sudor y lágrimas es lo que os espera en junio.

En su lugar correspondiente se estudiarán otros casos de discordancias como:

*Se vende pisos
*A tus amigos es a los que vimos en el bulevar.
*Habían allí más de cien policías.
*Hoy hacen diez años de su boda.

CONSTITUYENTES DEL SV: NÚCLEO Y COMPLEMENTOS

Ver gráficos proyectados en clase: El sintagma verbal

El sintagma verbal (SV) que funciona como predicado (P) de la oración está constituido por un verbo, o por una expresión compleja que funcione como tal (perífrasis verbal y locución verbal), y unos complementos. El primero es necesario para que exista sintagma verbal; los complementos pueden aparecer o no, tal y como ocurre con los adyacentes del sintagma nominal.

El verbo consta de dos signos, uno léxico expresado por la raíz y otro gramatical manifestado por la terminación. El signo léxico es el verdadero núcleo del predicado de la oración, y el signo gramatical es el verdadero sujeto, esto es, la persona designada por la terminación verbal. Alarcos §312 llama a este sujeto, sujeto gramatical, y reserva el término de sujeto explícito para el sintagma nominal que concierta con el verbo en número y persona.

Teníamos gana de ir al Felipe Arche.

El Instituto huele a viejo.

Sujeto gramatical

Sujeto explícito

Los complementos son términos adyacentes del sintagma verbal que sirven para especificar con más precisión y en detalle la referencia a la realidad que efectúa el núcleo (verbo). Los complementos pueden estar constituidos por una sola palabra, por varias o, incluso, por toda una oración transpuesta (proposición subordinada).

Algunos gramáticos establecen dos o tres categorías de distinto rango entre los complementos. Para el fin que pretendemos en este curso, no parece necesaria esta distinción.

Según la función que desempeñan en el sintagma verbal, existen varias clases de complementos:

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Complemento directo (CD)

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Complemento indirecto (CI)

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Suplemento (Supl)

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Suplemento indirecto (Supl I)

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Complemento de interés (CInt)

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Complemento circunstancial (CC)

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Atributo (Atr)

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Complemento predicativo (CPred)

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Complemento agente (CAg)

Complemento directo

Ver gráficos proyectados en clase: El complemento directo

Normas prácticas para el reconocimiento del CD

Cuando el verbo necesita completar su referencia puede exigir un sustantivo o unidad sustantivada, en general pospuesto, que recibe el nombre de complemento directo: quiere comida, quiere una paella, quiere lo de siempre, quiere que lo inviten a comer. Pero no es el CD el único que puede limitar su referencia a algo más concreto: también lo hacen el suplemento y algunos de los que tradicionalmente se estudian como complementos circunstanciales.

Héctor Campos (en Bosque y Demonte, 1999, 1529) define el CD como el sintagma nominal que está regido tanto sintáctica como semánticamente por el verbo. La rección sintáctica se manifiesta en el hecho de que el verbo determina que tal complemento ha de ser un sintagma nominal. La rección semántica la vemos en el hecho de que sólo ciertos tipos de complementos nominales pueden ser complementos directos.

Cuando esta función la desempeña un sintagma nominal, el CD no necesita preposición. Sin embargo, si el referente del CD es una persona, en general exige la preposición a: Paco quiere una moto / Paco quiere a Sonia. Pero esto no ocurre así siempre, como más abajo explicaremos.

El CD suele aparecer pospuesto, aunque no necesariamente contiguo al verbo. Cuando, por motivos expresivos, se antepone al verbo, o cuando no se menciona porque la referencia es consabida, el verbo queda incrementado con un pronombre átono, lo, la, los o las, según el género y el número del SN antepuesto o elidido:

Antepuesto: Ese libro no lo he leído nunca.

Elidido: —¿Has visto a Elvira? —No; no la he visto.

En el primer caso, la función que desempeña el pronombre se denomina complemento directo pleonástico.

Cuando no va precedido de la preposición a o reiterado con el pronombre átono pleonástico, el CD carece de rasgos diferenciales respecto del sujeto. No obstante, hay procedimientos que se pueden aplicar en caso de duda: el significado, la conmutación por pronombres átonos, y, sobre todo, la concordancia entre núcleo del sujeto y núcleo del predicado.

Cuando el CD se refiere a seres animados, la diferenciación, con ciertos verbos, puede resultar más difícil al hablante:

*Mató el elefante el tigre.

*Dibujaba Luis Rocío.

Esto también ocurre en algunos otros casos de ambigüedad en los que el referente del CD no es animado, aunque pueda considerarse personificado:

*Beneficia el estudio la memoria.

Para deshacer la ambigüedad, se antepone la preposición a al sintagma que funciona como CD; de este modo se distingue entre las oraciones:

Mató el elefante al tigre.

Mató al tigre el elefante.

Dibujaba Luis a Rocío.

Dibujaba a Luis Rocío.

Beneficia el estudio a la memoria.

Beneficia al estudio la memoria.

Aunque la preposición a deshace normalmente la ambigüedad entre sujeto y CD, puede otras veces provocarla entre CD y complemento indirecto, que va forzosamente precedido de ella. Así, en la oración: Juan presentó a su novia a Martín, suele interpretarse que el primer complemento funciona como CD y el segundo como CI. Sin embargo, la construcción es ambigua y, para deshacer el equívoco, se suele recurrir a la supresión de la preposición del CD: Juan presento su novia a Martín.

Por último, es conveniente decir que, según afirma Emilio Alarcos, los complementos de medida, duración, peso y precio desempeñan la función de CD, puesto que pueden ser conmutados por los átonos lo, la, los o las:

La torre de la iglesia de San Ildefonso mide veintitrés metros (=los mide).

Estuvo esperando dos horas (=las estuvo esperando).

Luis pesaba ciento cinco kilos (=los pesaba).

Los zapatos de Ana cuestan ciento diez euros (=los cuestan).

Complemento indirecto

Ver gráficos proyectados en clase: El complemento indirecto

Es compatible con cualquier otro complemento en la misma oración, y suele designar al destinatario de la noción evocada por el verbo o, en su caso, por el conjunto del verbo y su CD o Supl:

Ana Belén abofeteó la cara a su amigo.

María Antonia escribió una carta a su amigo.

Rosa habló de sus problemas a su amigo.

El CI a su amigo especifica el destino de la experiencia denotada bien por el verbo, en el primer caso, bien por el verbo y su complemento, en los dos últimos.

No es necesario que el referente del CI sea animado:

Al coche de Federico le faltan algunas piezas.

La preposición a se antepone siempre al CI, pero como también se usa en otras funciones (CD, Supl, CC), no basta ella sola para identificarlo.

Respecto al CD, el indirecto presenta rasgos comunes:

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Se sitúan ambos frecuentemente tras el verbo.

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Cuando concurren, el orden en el que aparecen uno y otro es indiferente: son sólo motivos rítmicos o expresivos los que hacen preferible uno u otro orden.

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Al anteponerlos al verbo, hay que añadir un pronombre átono; lo mismo ocurre cuando se eluden por ser conocidas sus referencias.

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Los pronombres átonos utilizados para conmutarlos son los mismos en primera y segunda persona.

Sin embargo, en tercera persona, la conmutación por el pronombre átono nos da una prueba suficiente para su diferenciación, siempre que no cometamos errores de loísmo, leísmo o laísmo:

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El CD se conmuta por lo, la, los o las, según sea su género y su número.

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El CI se sustituye por le o les, según sea su número.

Si concurren y deben ser sustituidos ambos, el CI se conmuta por se.

Respecto a su posible confusión con el Supl basta la conmutación para establecer la diferencia. Compárense estos ejemplos:

El Consejero faltó a su promesa, (faltó a ella)

En los servicios huele a perros muertos, (huele a eso)

con estos otros:

A José Luis le faltó poco para el aprobado,

A Paco le huelen los pies.

Tampoco es fácil confundirlo con el CC con a. La simple sustitución pronominal resuelve los poco probables equívocos:

Puso dos cerraduras a la puerta (Le puso dos cerraduras: CI),

Puso dos macetas a la puerta (Puso dos macetas allí: CC).

No deben considerarse CI, los complementos introducidos por la preposición para, aunque puedan referirse en la realidad a un destinatario. Presentan rasgos que los diferencian claramente del CI:

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Si se anteponen al núcleo verbal no necesitan de pronombre átono.

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Son compatibles en la oración con un CI.

Han traído un paquete para la Directora.

Para la Directora han traído un paquete.

Han traído al Conserje un paquete para la Directora.

Así pues, debemos considerar los segmentos con para como complementos circunstanciales.

Con ciertos verbos, llamados pronominales, aparecen pronombres átonos que no se refieren a CI eludidos. Verbo y pronombre constituyen una unidad funcional y semántica, y no interesa discutir si son CD o CI. Estos pronombres son simple repercusión expresiva de la persona del sujeto, y su presencia matiza de forma diversa la noción manifestada por el verbo:

Me arrepiento de lo que hice.

Me estuve quieto.

Se suicidó tirándose por la ventana.

Complemento de interés

Ver gráficos proyectados en clase: El complemento de interés

A veces, especialmente en el registro familiar, aparecen junto al verbo pronombres átonos que no pueden identificarse con los de CI. Son los llamados generalmente complementos de interés:

No me le deis caramelos al niño.

Este niño no me come nada.

Si me tardas un poco más, me voy a casa.

El papel del complemento de interés es el de hacer referencia a la persona interesada en lo que se dice.

Suplemento

Ver gráficos proyectados en clase: El suplemento

Ciertos verbos necesitan completar su significado con este complemento que es muy parecido semánticamente al CD y formalmente al CC, pero que, a diferencia del CD, va siempre precedido de preposición (impuesta por el verbo):

Mª Dolores y Juan Carlos hablaban del incendio del Instituto.

Abusaban de su bondad.

Manolo cuenta con mi apoyo.

Inmaculada acabó con sus ahorros.

Confío en la suerte.

Los pies de Paco olían a queso podrido.

Preguntaron por la carta.

Diferencias entre el Supl y el CD

Semánticamente ambos cumplen una función análoga; sin embargo su función sintáctica es diversa, según se refleja en lo siguiente:

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Su diferencia al ser sustituidos por pronombres: átonos, el CD, y tónicos, el Supl.

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Cuando el CD se antepone al verbo, aparece un pronombre pleonástico, que duplica la función; el Supl antepuesto no necesita de pronombre que lo reitere.

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La obligatoriedad de la preposición para el Supl. Es el verbo el que selecciona la preposición y no el significado del complemento como ocurre con el CC.

Diferencias entre el Supl y el CC

A primera vista, los segmentos subrayados en los ejemplos de la izquierda (Supl) ofrecen una estructura semejante a la de los de la derecha (CC), también provistos de preposición:

Hablan de música.

Hablan de memoria.

Acabó con su ahorros.

Acabó con rapidez.

Los pies de Paco olían a queso podrido.

Los pies de Paco olían a distancia.

Sin embargo, varios rasgos distinguen los Supl de los CC:

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Si se cambiase la construcción para realzar el complemento en uno y otro caso, se observaría también la diferencia: Es de música de lo que hablan, frente a Es de memoria como hablan.

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Si el significado léxico de unos y otros complementos fuese consabido y pudiera eludirse, el Supl se sustituiría por un pronombre tónico precedido de la preposición pertinente, mientras que el CC se omitiría o, si fuera preciso, se sustituiría por un adverbio. Así, de una parte se diría Hablan de eso, Acabó con ellos, Olían a eso, y, por otra, Hablan así, acabó ya, Olían.

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Como el Supl y el CC cumplen funciones distintas, pueden coexistir en una misma oración: Hablan de música de memoria, Acabó con sus ahorros con rapidez, Los pies de Paco olían a queso a distancia.

Un CC y un Supl no pueden coordinarse entre sí (*Hablan de música y de memoria); dos CC o dos Supl sí que pueden coordinarse (Hablan de música y de literatura, Acabó con sus ahorros y con la herencia).

Incompatibilidad entre el Supl y el CD

Lo más frecuente es que no puedan aparecer juntos en el SV; y, como es natural, no es posible coordinarlos: sería agramatical decir *Aspiraba el perfume y a la gloria.

Hay verbos que adoptan uno y otros que prefieren el otro complemento. Unos exigen CD: Zurce la ropa, Vendió los muebles, Comía pescado, Ha leído el periódico; otros, por la naturaleza de su significado, requieren un Supl: Carecía de apoyos, Desconfiad de las imitaciones, Su éxito estriba en el dinero, Contaré contigo; hay otros, por último, que pueden acompañarse del uno o del otro, con cambio de significado, según el complemento elegido: Trató la dolencia con antibióticos; trató de la dolencia con erudición. Ha cumplido veinte años; Ha cumplido con su deber. Aspiraba el aroma; Aspiraba al triunfo.

Los verbos pronominales que siempre llevan pronombre reflexivo admiten un Supl: Me arrepiento de mis pecados, Te jactas de tus conquistas, Se ensaña con sus enemigos, No os dignáis a saludarnos. Se observa que la persona del pronombre reflexivo concuerda con el sujeto.

Otros verbos pueden funcionar con o sin pronombre reflexivo. En el primer caso no pueden llevar CD sino Supl. Compárense las siguientes oraciones:

El ejército ocupó la ciudad.

El alcalde se ocupó de la ciudad.

Acogió su propuesta.

Se acogió a su propuesta.

¿Habéis acordado el día?

¿Os habéis acordado del día?

Luis entiende a su vecina.

Luis se entiende con su vecina.

Suplemento indirecto

Ver gráficos proyectados en clase: El suplemento indirecto (En preparación)

A pesar de lo dicho en el apartado anterior, hay oraciones en que coexisten el CD y un segmento con apariencia de suplemento:

Judith dijo pestes del Profesor de Lengua.

La limpiadora limpiaba el suelo de gusanitos.

Llenad las copas de agua mineral.

Miguel confunde la gimnasia con la magnesia.

No antepongas tus derechos al deber.

Separa el grano de la paja.

Han sustituido a Juana por Elena.

Los sintagmas subrayados funcionan como CD, ya que podrían ser sustituidos por pronombres átonos lo, la, los o las. Los que aparecen en negrita tienen el aspecto de Supl ya que podrían ser suplidos por pronombres tónicos manteniendo la preposición: Judith dijo pestes de él. Pero, en estos ejemplos el segundo segmento no puede aparecer sin la presencia previa del CD, mientras que pueden ser correctas las oraciones si eliminamos este segundo segmento. Este sintagma nominal con preposición que exige la existencia simultánea del CD puede denominarse suplemento indirecto (Supl Ind).

Complemento circunstancial

Ver gráficos proyectados en clase: El complemento circunstancial

Se llaman así porque suelen aportar significados marginales a los evocados por el núcleo verbal y sus CD, CI o Supl. Es decir, la presencia o ausencia de los CC no modifica en esencia la estructura ni el sentido de la oración.

Mientras los CD, Supl y CI, necesitan ser sustituidos por un pronombre cuando su referencia es consabida, el complemento circunstancial (CC) puede eludirse sin que persista en la oración ningún sustituto suyo.

Otro rasgo distintivo del CC es su mayor libertad de posición dentro de la oraciónEsta libertad de posición es compartida por el sujeto. Pero en este caso, la libertad se justifica porque la concordancia con el verbo permite el fácil reconocimiento del sujeto. En cambio, los circunstanciales carecen de índices funcionales inequívocos; su diferenciación respecto de los otros complementos suele ser negativa: lo que no es ni directo, ni indirecto, ni suplemento, etc. es circunstancial.

Mientras en cada oración sólo puede haber un CD, un Supl o un CI, caben en ella distintos CC:

Mañana, en la reunión, adoptaremos con más calma una decisión.

Hay una categoría de palabras cuya función principal es la de complemento circunstancial: son los adverbios. Pero ese papel pueden desempeñarlo también segmentos diferentes y más complejos. Con frecuencia, estos segmentos pueden ser sustituidos por adverbios (aunque a veces con pérdida de detalles en la información). Estas estructuras son las siguientes:

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SN sin preposición:

El miércoles viene Fátima a mi casa.

Esta semana tenemos jaleo en el Instituto.

El año que viene os echaremos de menos.

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SN con preposición y palabras compuestas de preposición y sustantivo (anoche, abajo, despacio, encima, etc.):

Maite lo esconde en su carpeta.

Ana se había arreglado con especial esmero.

¿La viste anoche?

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Adjetivos adverbializados, con preposición o sin ella:

Los de segundo C trabajan duro.

Se quedaron a oscuras.

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Proposiciones con verbos en forma no personal.

Encontré a María Jesús al entrar al Instituto.

La sorprendieron abriendo la puerta del coche.

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Adverbios precedidos de sustantivos con o sin adyacentes:

Calle arriba, Mar adentro, Boca abajo, Patas arriba

Carretera adelante, Kilómetros atrás, Dos siglos después

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Proposiciones subordinadas adverbiales:

Cuando vio a María Antonia, se quedó con la boca abierta.

José Luis estaba siempre donde no debía.

Aunque en general los CC pueden ser sustituidos por adverbios, hay casos en que ello no es posible, porque la lengua carece de adverbios cuyo significado se refiera a las nociones de compañía, causa, instrumento, fin, condición, etc. Por eso, cuando se eluden estos CC hay que sustituirlos con pronombres tónicos con preposición, como ocurría con el Supl, con el que, sin embargo, no deben confundirse.

Fue a Oliva.va con sus amigos.

Parte el chorizo con ese cuchillo.

Le han robado el móvil por tonto.

Atributo

Ver gráficos proyectados en clase: El atributo

Un reducido número de verbos, llamados atributivos o copulativos (ser, estar, parecer), se caracteriza por adoptar un complemento peculiar, conocido como atributo (Atr). Suelen desempeñar esta función los adjetivos, pero en su lugar pueden aparecer sustantivos y otros segmentos más complejos:

Juan Antonio es feo.

Lola es de las Canarias.

Margarita está ausente.

Es tarde.

Eva parece simpática.

Los exámenes estaban bien.

Pedro será periodista.

La cosa está que arde.

Al igual que el CD y el Supl, el Atr sirve para limitar la aplicación designativa del verbo. También deja al ser eludido un pronombre átono que, en este caso, no varía en género y número. El sustituto del Atr siempre es lo: Lo es, Lo está, Lo parece, Lo será, etc.

Por otra parte, el Atr (cuando lo permite la palabra que desempeña ese papel) concierta en género y número con el S. La concordancia de género deja de producirse cuando la palabra carece de variación genérica:

El patio es grande. La huerta es grande.

La cosa está que arde. El café está que arde.

También falta la concordancia de género cuando el sujeto se refiere a la primera o a la segunda personas.

Yo soy sincero. Yo soy sincera.

En estructuras ecuacionales (Enrique es el médico) o enfáticas (Es Pedro el que ha venido) resulta extremadamente difícil discernir cuál de los dos SN desempeña la función de S y cuál la de Atr. En estos casos nos limitaremos a intentar la prueba de la conmutación por lo. Si no nos resulta suficiente seguiremos un criterio de posición: el elemento antepuesto al verbo será el S y el pospuesto, el atributo; en caso de que los dos elementos aparezcan pospuestos, el que aparece inmediatamente detrás del verbo será el atributo. Y, si esto falla, simplemente indicaremos la indiferenciación.

Complemento predicativo

Ver gráficos proyectados en clase: El complemento predicativo

Junto a verbos que no son atributivos puede darse un complemento de características similares al Atr, esto es, que varía de género y número concordando con el número del verbo y con el número y género del S (o sólo con el género y número del CD, como veremos más abajo):

Manolo Valera vivía tranquilo.

Aquí los árboles crecen frondosos.

Los alumnos de segundo D escuchaban silenciosos.

Las gemelas han nacido raquíticas.

Ha nombrado delegado a Paco.

El complemento predicativo subjetivo (CPred Subj) se diferencia del atributo en que no puede ser sustituidos por lo, sino por un adverbio: así. Incluso podría conmutarse por un adverbio de sentido modal: tranquilamente, silenciosamente.

El CPred es compatible con otros complementos:

El juez dictó tranquilo la sentencia.

Los espectadores hablaban del partido entusiasmados.

El CPred Subj afecta al signo léxico del verbo (al cual matiza) y al sujeto explícito (con el cual concuerda).

Por otra parte, este complemento puede situarse, como un inciso entre comas, tras el sustantivo sujeto:

El juez, tranquilo, dictó la sentencia.

Estos adjetivos tampoco pueden ser sustituidos por lo como los atributos propios (*Ella se lo ha vuelto), sino por un adverbio o un demostrativo: Ella se ha vuelto así, Eso se ha vuelto ella.

Otro tipo de predicativo, el complemento predicativo objetivo se encuentra en oraciones como las siguientes:

Dejaron perpleja a la Directora.

Los padres compraron barata la fotocopiadora.

Han nombrado Secretaria a Lola.

Tomás tiene la espalda peluda.

Concuerdan con el CD en lugar de hacerlo con el S y tampoco pueden conmutarse por lo, sino por un adverbio (si el predicativo es un adjetivo) o por el demostrativo neutro eso (si es un sustantivo): Dejaron así a la Directora, Han nombrado eso a Lola.

No deben confundirse estas oraciones con otras que también llevan dos sustantivos: uno en función de CD, y otro inmovilizado en sus posibilidades de variación morfemática y sin posibilidad de llevar artículo:

Hizo pedazos las cartas.

Ha hecho añicos el sillón.

Se trata de locuciones verbales cuyo significado se corresponde en algún caso con verbos en que quedan unificados los sentidos de hacer y del sustantivo inmovilizado: despedazó, pulveriza.

Existe, por último, un tipo de predicativos constituidos por sintagmas nominales o adjetivos con preposición. Se asemejan al Supl por su estructura pero concuerdan con el S o con el CD. Son los complementos predicativos preposicionales (CPred Prep):

Manolo trabajó de secretario durante dos años.

Sonia se metió a escritora.

Mi jefe colocó a Charo de secretaria particular.

Mandaron a Federico de vocal de centro.

Las dos del fondo presumen de guapas.

Fernando se pasa de listo.

Complemento agente

Ver gráficos proyectados en clase: El complemento agente

Denominamos complemento agente (CAg) al sintagma nominal precedido de por (más raramente aparece con la preposición de) que se incluye en algunas pasivas perifrásticas para explicitar el agente de la acción:

El fuego fue extinguido por el conserje.

La solicitud de María fue atendida por Paco.

Los problemas graves de disciplina serán considerados por el Consejo.

Aunque también aparece en algunas pasivas de se en ciertos textos (administrativos, jurídicos, anuncios oficiales...), no resulta recomendable su uso con estas estructuras:

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